martes, 26 de mayo de 2020

Capítulo 9





Jorge está cómodamente sentado en el sofá de su casa viendo su serie favorita "Amando en el Olimpo". Ishido en su papel de Poseidón está en escena con la Diosa Afrodita, Mia . Afrodita se está bañando... está desnuda... Se levanta una fuerte ola... la diosa ya sabe lo que pasa y sale del agua. Se viste.
--¡¡es que no me vas a dejar en paz¡
La ola que se ha levantado se convierte en Poseidón. Se supone que va desnudo y, aunque las olas tapan las partes que más desearía ver Jorge y que son las únicas que son un secreto para él y las millones de fans que suspiran por ese guapo Díos, luce cuerpazo que excita mucho a Jorge. El díos mira con deseo a la diosa.
--Nunca... hasta que seas Mia ...
Afrodita se ha vestido con rapidez. Poseidón se ríe:
--el mar es mi reino... cuando estás en él es como si hicieras el amor conmigo... Tu cuerpo no tiene secretos para mí...
--¡¡pues esa va a ser la única manera en la que me tengas¡¡
Afrodita trenzadora de engaños se aleja. Para apartarse del acoso de Poseidón se convierte en yegua. Poseidón lo descubre y su risa estalla en tormenta marina.
--nadie es más listo que yo...
Y de la misma manera que cuando el semen del dios salpicó una roca nació el primer caballo, Poseidón se transforma en semental y así satisface sus instintos con la diosa Afrodita.
Jorge está encantado con la serie.
--¡¡es preciosa...¡¡ ¡¡es preciosa¡
La historia tiene un encanto especial y sin olvidar de los guapos que lucen sus protagonistas casi desnudos. Jorge está cada vez más fascinado con Ishido.
--¡¡cómo me gusta... cómo me gusta¡¡ ¡¡y es mi cuñado y no lo veo nunca...¡¡ ¡¡que rabia que no haga conmigo todas las cosas que le gusta hacer con 
Miguel¡¡






Mientras Miguel y Ishido se relajan del trabajo nadando juntos. A los dos les encanta estar juntos. Les encanta competir. Son buenos los dos. Nunca han logrado ganarse. Siempre empatan. Bajan a los vestuarios muy contentos. Ishido pasa su mano por los hombros de Miguel. Ambos arden.
--me gusta mucho salir contigo...
Miguel jadea. Ishido tiene miedo que su cuñado descubra que le gusta en todos los sentidos y para arreglar las cosas dice:
--eres el hermano que nunca tuve...
Miguel fuerza una sonrisa. Se le nota triste. Ishido le acaricia la barbilla con un falso amor fraternal:
--¿te ocurre algo?
A Miguel le da rabia pensar que cada vez su cuñado le gusta más y que él lo ve como a un hermano y que si le gustara acostarse con hombres lo haría con otros. Para vengarse en cierta manera devolviéndole lo mismo dice:
--aunque yo si tengo un hermano... en realidad es como si tuviera dos hermanas...
Ishido se rie. Miguel sigue hablando:
--tu sí eres macho como yo, eres el hermano que yo siempre quise tener...
Ishido le da un rodillazo en la cola a Miguel. Los dos vibran en deseo pero los dos fingen un cariño de hermano. Y es que el uno no imagina que los dos tuvieron la misma idea, que el nadar juntos es una excusa del uno para ver desnudo al otro. Y a solas en las duchas, los dos juntos... Ishido y Miguel se ponen a 1000, se devoran con los ojos. Aunque se han visto desnudos miles de veces, aunque se conocen el cuerpo desnudo del otro de memoria se gustan mucho. Ese momento en los que los dos están desnudos bajo el agua es el que ambos disfrutan más. Es su pequeño oasis. Aunque les frustra no poder consumar esa pasión que ambos sienten por igual, les gusta mucho verse desnudo. En ese momento en el que ambos están desnudos al uno le gusta poner cachondo al otro. Hablan de sexo.
--¿porqué estabas tan molesto esta mañana?¿es que te hice algo?
Miguel lo mira fijamente:
--lo malo es lo que no me has hecho... --dice para sí mirando los genitales de Ishido.
Miguel se está excitando demasiado y se da la vuelta. 
--¡¡cómo me pone esa culo, se lo tengo que romper. Ese culo tiene que ser mio¡¡ -dice Ishido para sí.
A Ishido también se le está poniendo la lanza muy dura:
--como te cogería... si no fueras mi cuñado... no te me escapabas... pero me tengo que quedar con las ganas... --dice para sí.
Miguel se pone de lado con el brazo tapándose la parte que más lo compromete. Ishido hace lo mismo van hablando. La sonrisa de Ishido derrite a Miguel. Los dos se desean mucho. Los dos están empalmados y ninguno se da cuenta que ambos sienten lo mismo.
--¿dime? estás enojado conmigo? --le pregunta dulce.
--no claro que no... --le dice Miguel que no se atreve a confesar que ha sentido celos al verlo con Miguel.
Ishido le sonríe:
--¿¡es que no echaste un polvo anoche?¡
--¡¡si claro que sí... yo soy muy macho... yo tengo que coger todos los días¡
--yo también... --dice Ishido igual de excitado que Miguel.
-¿y qué te pasa con Saúl?
Ishido se pone nervioso.
--¿cómo?
--es que vi algo raro... ¿no será gay Saúl?
--¿Saúl? No... eso te lo aseguro yo...
--cómo estás tan seguro?
Ishido se da cuenta que se ha puesto en evidencia.
--bueno, no es eso...
--es que hay algo que no sepa? tal vez pase algo feo?
--sí es algo feo...
--¿y no me puedes contar?
Miguel le quiere preguntar sin hacerlo si se acuestan juntos. Ishido se da cuenta que Miguel sospecha aunque no imagina que no lo delataría sino que siente celos.
--es que me confesó que te quiere quitar a Mia ... me pidió consejo...
Miguel sonríe. Siente que se ha sacado un peso de encima:
--¿sólo es eso?
Ishido le guiña el ojo:
--¿qué creías que era?
Y aunque le ponía muy celoso pensar que Ishido se acuesta con Saúl también le excitaba pensar que su guapo cuñado era como él. Ahora se siente avergonzado y no sabe qué decir. 
--no me hagas caso...
Y Ishido sonríe. Esa sonrisa le encanta a Miguel. Ishido ha logrado disimular un poco su erección y agarra la barbilla a Miguel:
--yo soy tu amigo... cualquier problema que tengas... cualquier cosa que sientas... a mí me puedes contar lo que quieras en confianza...
Miguel traga saliva excitado pero está seguro que a su cuñado le enojaría saber que lo desea. No se da cuenta que a Ishido le encantaría saberlo. El uno no imagina que al otro le pasa lo mismo. Siempre les pasa lo mismo. Cuando ya uno no puede disimular su erección se pone la toalla. En este caso Miguel. Ishido lo sigue. Aunque sus pieles se gritan, los cuñados se gustan demasiados como para pensar que son correspondidos... Siempre están de espaldas cuando se ponen el boxer. Luego se miran. Los dos marcan mucho paquete. Y eso les excita mucho.

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